"Soy de Marruecos, tengo 17 años y ya llevo cuatro en Vitoria. Estoy estudiando primero de bachiller y también soy voluntaria del taller de árabe en Berri-Ñann. De mayor quiero ser enfermera porque desde pequeña me ha gustado hablar con la gente y saber lo que les pasa para poder ayudarles.

 

Llegué a Vitoria porque mi padre encontró trabajo aquí y la verdad es que me gusta mucho la ciudad, es muy tranquila. Nunca he tenido problemas por ser marroquí. Bueno, al principio cuando vine igual un poco sí, porque no sabía el idioma y no podía defenderme. Me tenía que quedar callada y eso duele un poquito, pero cuando ya controlas el idioma se te pasa.

 

Empecé a venir a Berri-Ñann hace cuatro meses. Yo tengo unos educadores y les dije que quería dar clases de árabe, porque sé leerlo y escribirlo y durante los fines de semana y las vacaciones no tengo nada que hacer. Les pareció bien y me dijeron que hablara con la asociación, que igual podían darme un lugar para impartir las clases. Así que vine a Berri-Ñann, hablé con ellos y me dieron el aula. Me han informado sobre otras cosas que hacen en la asociación y me gusta mucho, así que además del taller también estoy con Scarlett (la presidenta) en muchas ocasiones, cuando hay reuniones y cosas así participo siempre con ellas.

 

Creo que el idioma es una barrera muy grande a la hora de integrarse y por eso yo me esforcé mucho. El principio fue difícil pero lo puse todo de mi parte porque tenía muchas ganas de aprender. Por ejemplo, tengo unas amigas que llevan ya dos años y no saben castellano. Yo al primer año ya sabía hablar porque me volqué en ello.

 

Dentro de unos años tengo intención de volver a mi país pero quiero construir mi vida aquí. O al menos hacer muchas cosas aquí para que luego cuando vuelva a Marruecos tengas mis recursos. Lo que no quiero es volver y estar sin nada. Durante los cuatro años que llevo viviendo en Vitoria a parte de crecer también he cambiado mucho mi manera de pensar. Ahora sé que hay que estudiar y vivir muchas experiencias".