top of page

Mariam y Awa

Asociadas en Radix;2

“Yo (Mariam) tengo 22 años y mi hermana Awa 21, y vinimos de Costa de Marfil en 2008. Yo estoy estudiando y trabajando a la vez. Hice un grado medio de Auxiliar de Enfermería y ahora trabajo en una residencia mientras estudio bachiller a distancia para poder hacer Enfermería en la Universidad. Awa está acabando su curso de camarera, de prácticas.

 

Vinimos a Vitoria porque se supone que nuestro padre tenía un trabajo fijo aquí. Al principio íbamos a ir a Canadá pero al final decidieron venir a España. Nos encanta Vitoria. Nos parece una ciudad muy tranquila; vas totalmente a tu rollo. Puedes llegar en bici a todas partes sin necesidad de un coche… Además, vivimos en el Casco Viejo y la gente nos ha acogido superbien.

 

De pequeñas en la escuela o en la calle, nunca hemos tenido un gesto racista de los demás, nos defendíamos muy bien. Ahora que somos mayores y tenemos la cabeza un poco más amueblada sí que hemos notado que algunas veces la gente es racista, pero no todo el mundo. No se puede meter a todos en el mismo saco. Alguna vez algún abuelo te dice “negra de mierda” y qué quieres que te diga, soy negra, no te voy a decir que es un insulto para mí. Sinceramente me preocuparía si me ofendiera. Pero eso es porque los mayores están anticuados y no aceptan todavía que hay más personas. A veces me sorprende porque ellos en la época de Franco también han tenido que huir de aquí, pero eso no lo asocian a lo mismo que pasamos nosotras cuando llegamos aquí.

 

Radix;2 la conocimos porque empezamos a ir al Centro Cívico El Campillo y sus monitores nos "enchufaron" con la Asociación. Hacemos yoga, vamos a comer, a hacer deporte, a salir en bici… un montón de cosas. Todavía vamos de vez en cuando, pero ya no tanto como antes porque entre el trabajo y los estudios no tenemos tanto tiempo. Ayudan mucho porque hay todo tipo de gente y te sientes más acogida. Está bien para integrarse, conocer a gente nueva y hacer cosas diferentes en vez de aburrirte en tu casa.

 

Nosotras hemos tenido mucha suerte y hemos conocido a gente muy buena y profesores muy buenos, así que no nos ha costado nada integrarnos ni aprender el idioma. Para nuestros padres ha sido mucho más difícil, sobre todo para nuestra madre. Cuando llegó aquí, como ya estaba casada, no trabajaba. Pero después de divorciarse ha empezado a ser libre, por así decirlo. Ha empezado a trabajar, a estudiar, a hacer muchas cosas y a mantenernos ella por su propios medios.

 

Ahora estamos planeando volver a Costa de Marfil en septiembre. Nuestra madre sí que ha ido más veces pero nosotras llevamos diez años sin ir porque tampoco hemos tenido los medios para ello. Ahora que más o menos hemos empezado a trabajar y tenemos dinero, ya podemos ir tranquilamente”.

bottom of page