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Los 4 ejes de trabajo  de Radix;2

Excursiones mensuales

Elisa

Presidenta de Radix;2

“Existe una feminización de la pobreza y eso es una limitación para las mujeres a la hora de acceder al ocio”

Salidas en bicicleta

Talleres y charlas

Grupo de trueque

A Radix;2 la gente no acude por problemas como el empleo o la vivienda. Las personas que se acercan a esta asociación lo hacen para obtener algo que parece mucho más simple pero que no lo es: compañía.

 

Elisa es marroquí, catalana, vasca… o como ella dice, “del mundo”. Llegó a Vitoria-Gasteiz en 2014 para estudiar Trabajo Social y aunque no conocía a nadie en la ciudad, tenía ganas de relacionarse. Al principio hacía actividades sola: salir en bici, subir montes, ir a nadar... hasta que un día se encontró con el local de Radix;2. Les mandó un email, le hicieron una entrevista e inmediatamente comenzó a trabajar en la asociación.

 

¿Cuál fue el origen de Radix;2?

 

Nace en el salón de una compañera, Paula, que llega a Vitoria y se da cuenta de que quiere practicar deporte con alguien más pero no tiene con quién. Desde su casa implicó a un par de amigos y empezó a organizar salidas en bici, caminatas, salidas para correr… y se empezó a unir gente. Tanto, que se necesitó un local para formalizarse y fue ahí, en noviembre de 2012 cuando se constituyó de forma oficial. Antes estábamos tres personas contratadas, luego solo yo y ahora ninguna. Somos todos voluntarios y voluntarias, socios y socias y alguna persona que sé que si en un momento dado les hago una llamada voy a poder contar con ellas.

 

¿Qué tipo de gente acude a vosotras?

 

La idea no es etiquetar a las personas. Ahí te puedes encontrar gente de todas las edades y de todas las culturas. Somos personas, cada una con sus circunstancias, que quieren compartir actividades y tiempo libre. La idea es tener un ocio inclusivo que sea un punto de unión y de conexión para seguir creando redes y vínculos sociales. Sobre todo, porque las personas nos hemos ido desconectando. Mucha conexión virtual pero poca conexión humana.

 

¿Utilizáis el deporte para superar prejuicios y estereotipos, ¿os habéis encontrado con muchos en esta ciudad?

 

Yo misma he notado en primera persona las dificultades, los estereotipos y los prejuicios que hay. Aunque parezca que no, hay ciertas diferencias, y la mejor manera de romper esas barreras es encontrándonos en un espacio donde no haya tantas reglas, donde se disfrute y se comparta. Nos damos cuenta de que da igual que haya nacido en California, como una voluntaria, o en Pakistán, como otra voluntaria, porque nos une el hecho de ser mujeres o de que tenemos el mismo interés, como por ejemplo, hacer yoga o ir en bici.

 

Uno de vuestros fines es la equidad de género, ¿cómo lo lleváis a cabo?

 

Queremos visibilizar que existimos, que disfrutamos del ocio y que tenemos derecho a él, porque está claro que hay desigualdades de género muy evidentes en el deporte. Ahora estamos haciendo un plan estratégico y uno de los ejes es tener en cuenta las desigualdades en el acceso de la mujer y el hombre al ocio. Hay que tener en cuenta que existe una feminización de la pobreza.La mayoría de las veces las mujeres somos aún más pobres y eso es una limitación a la hora de acceder al ocio. Nosotras entendemos un ocio inclusivo y solidario y tenemos en cuenta temas como el horario o el servicio de guardería. El otro día en un taller de clown no pudimos cubrir el servicio de guardería y dos mamás no pudieron participar. Hay ciertas horas en las que las mujeres que son mamás o tienen personas a su cargo no pueden acudir porque, tristemente, están dentro de los roles de género.

 

¿Por qué es importante para ellas el asociacionismo?

 

En un sistema patriarcal y capitalista nos hemos individualizado tanto que hay un aislamiento y soledad hirientes. Así que, o nos asociamos para seguir creando redes y apoyos, o estamos perdidos. Es evidente que necesitamos seguir haciendo un trabajo comunitario. Un día una señora pasó por el local de Radix;2 y leyó una frase que teníamos en la puerta que ahora no recuerdo, pero sí recuerdo su comentario: “¿Y cuánta gente muere por la soledad?”, y así es.

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